Aunque la tendencia actual es la virtualización del hardware, todavía hay casos donde es necesario administrar servidores físicos. Estos servidores requieren generalmente una configuración particular que sea capaz de sacar el máximo rendimiento al hardware, vigilar los dispositivos especiales anexos y mantener en las últimas versiones los drivers. Sin olvidar la monitorización preventiva que ayude a predecir los errores de hardware del futuro.
Independientemente de la solución hardware que se disponga, el sistema operativo es la base sobre la que descansan los servicios que se ofrecen. Hoy en día existen muchas distribuciones de sistemas operativos semi automatizadas que facilitan la labor del administrador, actualizando el software a nuevas versiones, manteniendo parches o aplicando nuevas políticas de seguridad. Nuestra labor se basa en el profundo conocimiento de cada sistema operativo, las peculiaridades del mismo y las distintas configuraciones que mejor se adecúan a cada servicio.
La administración del sistema operativo incluye las tareas de:
- Actualización del software base
- Configuración de los sistema base necesarios para dar soporte a los servicios
- Configuración de la monitorización de los sistema base
- Identificación de las alertas posibles y sus mensajes
- Configuración de los procesos de gestión automáticos de respuesta a alertas
- Configuración y gestión de los elementos de seguridad necesarios
- Estadísticas de uso de los recursos como elemento predictivo de posibles fallos o necesidades de nuevos recursos
Estas tareas tienen una fase inicial de puesta en funcionamiento de mucha carga de trabajo, donde especialistas instalan sistemas ya probados y configuraciones estables.
A esta fase le sigue un seguimiento continuo y planificado en el tiempo de revisión de indicadores y niveles de servicio para detectar problemas futuros, analizar tendencias y asegurar que la estabilidad y continuidad del servicio.