El primer paso para poder tener presencia en Internet es contratar cualquier Plan de Hosting. Pero el número de clientes crece, las soluciones son más complejas o simplemente necesitan más recursos. Es aquí cuando se recomienda contratar servidores privados virtuales o VPS.
Un servidor virtual privado es una asignación de recursos de una máquina física a un servidor de forma flexible. Este servidor se destina a un uso privado en exclusividad para un cliente de forma que puede ejecutar sus aplicaciones sin preocuparse de colisiones en los recursos, como puede ocurrir en un servidor compartido. La flexibilidad viene dada por la asignación dinámica de recursos (memoria, CPU, espacio en disco, …). La idea es poder tener una plataforma que pueda ser dotada de más recursos ya sea para una campaña promocional, un exceso de visitantes o cualquier otro evento. Esto se hace de forma dinámica sin necesidad de interrumpir el servicio.
En LandM aprovechamos estas facilidades para montar arquitecturas complejas (separación de base de datos, varios servidores web en paralelo, frontales aceleradores, procesos batch, máquinas de backup,…) y obtener así prestaciones muy superiores al hosting compartido. Cuando los sistemas se hacen más grandes o el número de clientes crece basta con dotar de más recursos a estas máquinas virtuales para poder hacer frente a la nueva situación.
- Frontal y servidor web con separación de base de datos con firewall independiente para un cliente que tiene un motor comparador de productos financieros.
- VPS para albergar las máquinas virtuales de producción de un cliente del sector de traducciones.
- Arquitecura con múltiples máquinas virtuales separadas funcionalmente: portal web para clientes, portal web de operadores, máquina procesadora de facturas, máquina de conexiones VPN con proveedores y máquina de backup.